EDITORIAL

No es habitual que Cuadernos de Medicina Forense inicie sus p�ginas emitiendo un editorial que exprese la opini�n de la Revista sobre temas que por su importancia o por el n�mero de aportaciones a ellos dedicado merezcan un comentario general. Esto ha obedecido al criterio siempre mantenido por el Consejo de Redacci�n de la revista de considerar que el contenido de sus art�culos y de sus secciones fijas, en base a su variedad, al esp�ritu creador de sus autores y a la callada labor de equipo de los que han dedicado tiempo y entusiasmo a que esta publicaci�n m�dica salga peri�dicamente a la luz, ha sido m�s que suficiente para darle unidad a lo que hoy puede considerarse como la voz en lengua espa�ola de la mayor difusi�n y de la mejor calidad.

Por esta vez nos hemos apartado de nuestra anterior costumbre por destacar de alg�n modo el haber conseguido que la Revista haya llegado a cumplir sus primeros diez a�os y porque esta efem�rides queremos verla perpetuada a partir de este �ltimo n�mero en una nueva Secci�n que ambiciosamente hemos titulado ATLAS DE PATOLOG�A FORENSE, denominaci�n que se nos ha ocurrido al estar convencidos de que con todos los Cuadernos que con el tiempo llegar�n a la imprenta, podemos conseguir un gran Atlas que tenga la originalidad de reflejar gr�ficamente la experiencia de todos los que de un modo u otro han colaborado y siguen colaborando al �xito de nuestra revista.

Tal como sucedi� al principio de la Secci�n de Bibliofilia M�dicolegal, que ya hoy dispone una reuni�n de cr�ticas de antiguas obras maestras de la Medicina Legal in�ditas en cualquier otra publicaci�n, podemos conseguir con la iniciativa actual el mismo efecto con lo que ahora supone el que una imagen aislada pueda ser transmitida a todos los que no hayan tenido oportunidad de verla dentro de su casu�stica.

El conseguir este objetivo supone m�s que el esfuerzo por nuestra parte, el trabajo y la constancia de los lectores que como siempre constituyen el mejor capital de esta revista.

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