Cuadernos de

Medicina Forense

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COMENTARIO DE LIBROS

 


FORENSIC SCIENCE.- Jackson Andrew RW y Jackson Julie M.- Pearson Education Limited.- 395 p�gs.- Harlow (UK).- 2004.

 

La Medicina Legal forma parte de lo que se ha venido en llamar la Ciencia Forense en aquellos dominios en los que la materia que precisan conocer los tribunales tienen como base el conocimiento ps�quico y org�nico del ser humano. Este libro no es precisamente un libro de Medicina Legal ya que muchas de sus p�ginas est�n dedicadas a temas completamente ajenos al saber m�dico, como las marcas de neum�ticos, el estudio de materiales (pintura, vidrio, vegetales y textiles), el estudio de documentos (trazos, papel, tintas, procesamiento, fotocopias y se�ales identificativas de falsificaci�n), las armas y proyectiles y los incendios y explosiones. El texto incluye tambi�n, aunque con extensi�n muy insuficiente, temas tan espec�ficos de la Medicina Legal como pueden ser las huellas dactilares, el examen de l�quidos biol�gicos (aunque limit�ndose a la sangre, la saliva y el semen), el an�lisis del ADN, la toxicolog�a forense (dedic�ndose solamente treinta y nueve p�ginas a los t�xicos y drogas de abuso) y el estudio de restos humanos (comprimiendo en �nicamente veintisiete p�ginas todo lo comprendido entre los hallazgos para el cronotanatodiagn�stico habitual y los propios de la Antropolog�a Forense sobre restos esqueletizados).


A pesar de lo anteriormente expuesto, no hemos dudado en incluir el comentario de este libro en la correspondiente secci�n de la Revista, por entender que su lectura puede ser de inter�s para el m�dico forense, lo que sustentamos sobre varios argumentos, el primero de los cuales es que en el cap�tulo sexto, �ntegramente escrito por Harry Mountain, del Departamento de Biolog�a de la Universidad de Staffordshire, es donde hemos encontrado el tema del ADN expuesto con mayor claridad dentro de una gran extensi�n, incluyendo las bases gen�ticas conceptuales, el cometido medicoforense tanto en la extracci�n de muestras como en la interpretaci�n de resultados, la descripci�n de los m�todos anal�ticos nucleares y mitocondriales y el pron�stico de usos futuros de indiscutible previsi�n a corto plazo a la luz de la rapidez alcanzada en la investigaci�n en este campo. Son tambi�n p�ginas de inter�s medicoforense aquellas que se refieren a lo que los anglosajones llaman evidencias (hallazgos en el levantamiento del cad�ver), aunque estas no sean biol�gicas y esto no por un mero af�n cultural, como el que puede satisfacerse con la lectura de la descripci�n de los distintos tipos de incendio, sino con fines plenamente utilitarios, ya que el m�dico por su formaci�n tiene unas dotes de observaci�n y de interpretaci�n que son expl�citamente reconocidas en el libro y que nos reafirma en nuestra idea de lo aceptablemente existente en Gran Breta�a y Estados Unidos en la conexi�n de las investigaciones policiales y m�dicolegales, si bien esto tambi�n se comprende viendo las diferencias con nuestro sistema judicial, para lo cual tambi�n sirve el �ltimo cap�tulo que explica el orden penal ingl�s de clasificaci�n de delitos y de tribunales, donde se incluyen sistemas tan brit�nicos como los modelos de documentos (reports) y el uso en la evaluaci�n de evidencias de m�todos probabil�sticos, tal como el teorema de Bayes.


Para el m�dico forense una gran parte del contenido del libro no le reporta ninguna utilidad, tanto porque la materia sea tan ajena a la Medicina, como por superconocida por el propio ejercicio de la forens�a, pero el libro est� editado de modo que se pueda seleccionar con rapidez cualquier punto que ofrezca cierto atractivo. Nos referimos a que en todas las p�ginas los t�rminos de mayor inter�s se resaltan simult�neamente en negrita dentro del texto y como anotaci�n marginal y a que las gr�ficas y los casos ilustrativos est�n impresos sobre fondo de coloraci�n distinta y en forma de recuadros (boxes) con su propia numeraci�n.

 

Dragy

 

 

 

 

EL CONSENTIMIENTO INFORMADO. HISTORIA, TEOR�A Y PR�CTICA.- Pablo Sim�n.- Editorial Triacastela.Colecci�n Humanidades M�dicas.- 479 p�gs.- Madrid. 2000.

 

El manejo hoy obligado del Consentimiento Informado y lo que este t�rmino supone dentro de la responsabilidad e incluso de la tranquilidad del quehacer m�dico, no se corresponde con la diversidad de opiniones y con la disparidad de criterios que a primera vista se percibe dentro del gran conjunto de los ejercitantes de la Medicina Asistencial, aun comprendiendo la dificultad de disponer de un cuerpo monol�tico de doctrina y de operar en este campo con una simple esquematizaci�n. Este hecho, a nuestro juicio, tiene su fundamento en el dif�cil encuentro de los estudios que arrancan por separado desde el Derecho y la Medicina y esta es la raz�n de que en este libro se lleguen a entender muchos puntos, pues el punto de partida se sit�a en el terreno diferenciador sociopol�tico, raz�n por lo que le dedicamos un Comentario sin ser una reciente salida editorial.


El libro es una tesis doctoral, con todo lo que suelen caracterizar a sus ediciones. Con un extraordinario pr�logo de Gracia Guill�n, seguidor de La�n Entralgo y de Zubiri y figura internacional de la Bio�tica, dedica al primer cap�tulo, casi la cuarta parte del n�mero de p�ginas, a la historia del consentimiento informado lo que a nuestro entender no supone desproporci�n y si un sistema de asimilaci�n progresiva del ideario imperante. Partiendo de Locke (1632-1704) se siguen los desarrollos te�ricos en Estados Unidos (fundamental y basado en la compleja estructura judicial anglosajona), en Alemania (especialmente en el tema espec�fico del consentimiento en investigaci�n a partir del famoso C�digo de N�remberg) y en Espa�a (con una detallada exposici�n de la peculiaridad espa�ola en las legislaciones civil, penal y sanitaria, con la aportaci�n siempre presente de la inspiraci�n de nuestro Prof. Gracia y con un pr�ctico par�grafo sobre la aplicaci�n de la teor�a del Cl por los m�dicos espa�oles).


El cap�tulos siguiente sigue siendo una referencia hist�rica, pues detalla dentro del sistema norteamericano los principios de Bio�tica a partir del Informe Belmont, del m�s que conocido principalismo de Beaumont y Childress y de la cr�tica al anterior m�todo por medio del moralismo descriptivista de Clouser y Gert, para posteriormente detenerse en el sistema espa�ol del esbozo moral con sus tres principios de reglas, mandatos y consejos y su encuadre en las distintas jurisdiciones, en el marco constitucional y en la jurisprudencia marcada por el Tribunal Supremo. En el cap�tulo tercero se escribe sobre los elementos que conforman el consentimiento informado, de mayor inter�s jur�dico que m�dico, pero muy ilustrativo en los apartados de excepciones y objeciones.El cuarto cap�tulo es perfectamente prescindible para el m�dico forense, porque se refiere solamente a capacidades legales y competencias. Por el contrario, el quinto y �ltimo cap�tulo es de gran utilidad por reflejar con la denominaci�n de herramientas de aplicaci�n pr�ctica los formularios escritos tanto en su valor intr�nseco como en sus requerimientos, funciones y dise�os.


Un ep�logo moral de solo seis p�ginas termina el libro en forma de recapitulaci�n de lectura inexcusable. Y por �ltimo un conjunto de diecisiete anexos, que son los que convierten una tesis doctoral con opiniones personales y en teor�a discutibles, en un libro de consulta, acudiendo a diecisiete anexos de los que los diez primeros son b�sicos (Carta de derechos del paciente de la Asociaci�n Americana de Hospitales, Convenio de Oviedo del Consejo de Europa, C�digo de N�remberg de 1947, Informe de la President's Comissi�n de 1982 sobre la toma de decisiones sanitarias, Real Decreto 2082/1978 sobre normas provisionales, Acuerdos del Consejo Interterritorial Del Sistema Nacional de Salud de 1955, Art�culo 10 de la Ley General de Sanidad y dos sentencias de las Salas de lo Penal y de lo Civil del Tribunal Supremo) y los siete �ltimos eminentemente pr�cticos (Recomendaciones del autor para la elaboraci�n de formularios y modelos de formulaci�n concreta para los casos de intervenci�n de varicocele, vacunaci�n antirubeola en mujeres en edad f�rtil, anticoncepci�n poscoital, prueba del VIH, electroshock y cirug�a menor).

 

Dragy

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