Cuadernos de

Medicina Forense

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Bibliofilia M�dicolegal

 


Alfonso Galnares Ysern

Acad�mico Numerario de la Real Academia de Medicina de Sevilla


 

Este libro de Toxicolog�a se destaca entre los dem�s, antes de abrir sus p�ginas, por figurar en su t�tulo el concepto de Qu�mica Legal, uni�n de t�rminos en que al final de la obra se reincide al referirse a la elaboraci�n de documentos qu�micolegales y que a pesar de ser estrictamente adecuada no han prosperado dentro de las ciencias forenses. Esto no debe hacer pensar en un intento de separaci�n de la Toxicolog�a integrada cl�sicamente en la Medicina Legal, pues Th. Chandelon, doctorado en Ciencias y en Medicina, al estudiar los venenos hace una separaci�n entre lo qu�mico, en lo que textualmente dice que consigna todos los detalles hasta llegar a la minuciosidad y lo fisiol�gico, sobre lo que tambi�n literalmente escribe que se limita a los hechos que m�s importa conocer, remitiendo a las obras especializadas a los lectores que deseen profundizar en el estudio de c�mo obran los t�xicos.


Llama tambi�n la atenci�n, sin poder llegar a interpretarse el hecho, la diferencia de objetivo que existe entre el pr�logo del traductor y el prefacio del autor, ya que el primero, farmac�utico militar, se dirige iterativamente a los que llama sus comprofesores, mientras que el autor, profesor de Toxicolog�a en la Universidad de Lieja, dedica sus esfuerzos a los qu�micos pr�cticos y a sus disc�pulos. En todo caso se mantiene la unidad de criterio en lo referente al car�cter fundamentalmente pr�ctico del libro basado muy especialmente en haberse apartado de las clasificaciones qu�micas y fisiol�gicas al uso, sustituy�ndolas por un orden puramente anal�tico subordinado a las secuencias que habitualmente se presentan al perito.


El libro, escrito en 1988 y traducido al a�o siguiente, contiene una m�nima iconograf�a, pr�cticamente limitada a la representaci�n gr�fica de una elemental colecci�n de material de laboratorio. La �poca de su impresi�n tambi�n explica la importancia dada a algunos t�xicos y la escasa presencia o incluso ausencia de otros, en cuya l�nea destaca la extensi�n dedicada a los alcaloides con la entonces novedosa introducci�n de las ptomainas con el valor que se aportaba con ello a distinguir entre los t�xicos cadav�ricos y los venenos vegetales.


De acuerdo con lo enunciado anteriormente, la Primera Parte de la obra dedica solamente 69 p�ginas a los cap�tulos someramente explicativos de la absorci�n de t�xicos, de su acci�n fisiol�gica, de su eliminaci�n y localizaci�n y del tratamiento de las intoxicaciones, a otro sobre el perito y la redacci�n de su informe y uno final sobre los obst�culos opuestos al an�lisis por la materia org�nica y el an�lisis qu�mico de las materias sospechosas. Una Segunda Parte, cuerpo fundamental del texto, ocupa 500 p�ginas en las que en cuatro cap�tulos desarrolla el estudio de los venenos vol�tiles, de los alcaloides y alcailo�dicos, de las ptomainas, de las leucomainas fisiol�gicas y patol�gicas y de los venenos met�licos y corrosivos.


En la traducci�n espa�ola se ha a�adido un amplio ap�ndice con el material legislado desde 1855 y dos ejemplos de informes qu�micos y m�dicos en sendos casos de envenenamiento.

 

 

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