Cuadernos de

Medicina Forense

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   BIBLIOFILIA M�DICOLEGAL                                                                                    Cuad Med Forense 2014; 20(1):63

A. Galnares

Acad�mico Numerario de la Real Academia de Medicina de Sevilla


Medicina Forense

Autor: Sydney Smith

 

 

La traducci�n al espa�ol de la medicina forense de Sydney Smith debi� de causar gran impacto al publicarse en 1926, como lo demuestra el lujo de su encuadernaci�n en tela con pasta dura grabada profusamente en negro y oro, lo que no era habitual en este tipo de vol�menes, y lo que se comprende por la fama alcanzada entonces por su autor, neozeland�s, graduado en Edimburgo y requerido por el gobierno egipcio para ser jefe de su servicio medicolegal, cargo en el que permaneci� diez a�os hasta su vuelta a Inglaterra en 1927, dejando en la Escuela de Medicina de El Cairo el Centro de Medicina Legal m�s importante del mundo. A esto hay que unir el hecho de que en Espa�a se segu�an las corrientes medicolegales dictadas por Francia, pa�s que, junto con Alemania, despert� el inter�s por la especialidad muchos a�os antes de que lo hiciera el Reino Unido. Por nuestra parte, da fe de ello la circunstancia de que en casi dos d�cadas de estar trayendo fondos bibliogr�ficos medicolegales a esta secci�n de la revista, solamente hemos podido hacerlo en una ocasi�n al comentar la medicina legal de A.S. Taylor, profesor en el afamado Guys Hospital de Londres.

El libro es fiel a su �poca, m�s cercana al siglo XIX que al XXI, apreci�ndose rasgos editoriales comunes entonces en todos los pa�ses, como puede servir de muestra la mala calidad iconogr�fica, tanto por carencias t�cnicas como por no haberse desarrollado todav�a el arte de la fotograf�a. Tambi�n sus p�ginas impresionan por el estilo especialmente brit�nico prestado por el autor y demostrado en la ordenaci�n de los temas y la exhaustividad de la indexaci�n alfab�tica.

El texto trata necesariamente temas como pueden ser la tanatolog�a, la identificaci�n, la traumatolog�a forense y las asfixias, por lo que s�lo cabe destacar lo m�s llamativo, como el que haya un cap�tulo dedicado a las p�rdidas de conocimiento, la prolijidad en la exploraci�n descrita en los presuntos somitas, el espacio dedicado al secreto profesional y la responsabilidad m�dica, y el empleo de �nicamente 40 p�ginas, aunque muy did�cticas, dedicadas a la psiquiatr�a forense, en contraste con las 150 en que se desarrolla la toxicolog�a.

El Ap�ndice Final, en el que se expone c�mo es la medicina forense en Oriente y especialmente en Egipto, es del m�ximo inter�s. En �l se hacen constar las diferencias con Occidente en cuanto a las variaciones de las costumbres, como la poligamia y el matrimonio concertado en los m�viles del crimen, la frecuencia de los asesinatos y violaciones incluso de ni�os, el nulo valor del testimonio, el uso de armas diferentes (como los garrotes llamados naboots) y la rareza de los suicidios en las comunidades musulmanas.

 

 

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