Cuadernos de

Medicina Forense

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   COMENTARIO DE LIBROS                                                                           Cuad Med Forense 2015;21(3-4):198-199

Dragy

 


 

El Manual Estadístico de Diagnóstico de la American Psychiatric Association (APA), imprescindible para todos los que tengan que pronunciarse sobre las enfermedades mentales y los trastornos de la personalidad, actualizado esta vez con el acrónimo DSM-5, en los escasos años que han pasado desde su salida a la luz va ya por la quinta edición en español. Al igual que cuando se publicó su inmediato antecedente, el manual viene acompañado de otros libros relacionados con él, en esta edición de una Guía de consulta, de una Guía de bolsillo, de un Manual de diagnóstico diferencial y de una Relación de casos clínicos; a diferencia del comentario que en su día hicimos en esta misma revista del DSM-IV, editado en 1994 en reimpresión de 1995, hace ya veinte años, durante los cuales su frecuente uso nos ha hecho ver que sería de mayor comodidad para el médico, en lugar del manual, la Guía de consulta, por su menor tamaño y por limitarse a lo mínimo esencial y poder así servir mejor no como libro de estudio sino como breviario facilitador de su uso al lado del justiciable y ante los propios tribunales, posibilidad factible por el hecho de que el forense no estudia los casos para curar sino para informar.

Siguiendo este criterio, la Guía de Consulta del DSM-5 incluye en una primera y exclusiva sección una declaración cautelar para empleo forense en la que advierte de que el comité elaborador ha actuado pensando en su uso clínico, y que por lo tanto, cuando se deriven decisiones legales, como por ejemplo un confinamiento involuntario, la utilización del manual aporta como valor añadido que el diagnóstico de la influencia del trastorno mental en situaciones concretas esté consensuado, pero debiendo siempre tener en cuenta sus limitaciones en el ámbito médico-legal, condicionadas especialmente por el distinto significado médico y jurídico de algunos términos, lo que exige una información adicional a la que esta guía proporciona, que precise la valoración funcional en el momento del hecho supuestamente antijurídico, lo que por la dificultad que presenta excluye el uso del libro a los que no posean formación psiquiátrica.

Hay algunas variaciones nominativas en relación con el DSM-IV en la sección de Criterios diagnósticos y códigos, forzadas más por lo políticamente correcto que por la realidad médica, y así se varían algunos de los títulos: Trastornos del neurodesarrollo en lugar de trastornos de inicio en la infancia, la niñez y la adolescencia; Trastornos de la vigilia y el sueño en vez de trastornos del sueño; Trastornos parafílicos en sustitución de trastornos sexuales y de la identidad sexual. También se añaden otros nuevos, como Trastornos de la excreción y Disforias de género. Cada uno de los ítems contiene como modificaciones algunas puntualizaciones aisladas que hacen más comprensible la lectura de los textos. Cabe destacar como importante la existencia en cada descripción de un mayor contenido de notas de gran extensión y recomendaciones de especificación en cada caso, y editorialmente el efecto facilitador de localización que proporciona la impresión en tres tipos de letra.

Para otros datos que pudieran interesar, tanto técnicos como culturales, y las ampliaciones informativas que se precisen, pueden conseguirse acudiendo al propio Manual DSM-5 y a www.psychiatry.org/dsm5.

 

  

 

La aparición en esta sección de Cuadernos de Medicina Forense del comentario de este libro supone para la revista una llamada de atención a sus lectores sobre su llegada a la cumbre editorial, alcanzada tras casi dos décadas de trabajo continuado y entusiasta de un grupo de redactores, en el que figuraba desde su fundación este comentarista, a quien le ha llegado el momento de expresar también su satisfacción personal.

El motivo de este autoelogio se justifica por el hecho de que por primera vez, en esta ininterrumpida sección fija de Cuadernos a lo largo de todos estos años, el autor de la obra es un miembro del ahora llamado grupo de editores, y concretamente por su anterior Editor Jefe, Joaquín Lucena, antes y hasta muy recientemente Director de la revista en sus años más difíciles, artífice de su continuidad y creador del moderno formato que actualmente la convierte en la primera publicación periódica de medicina legal en lengua española.

Joaquín Lucena, Jefe del Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal de Sevilla, figura en el siempre importante primer lugar entre los editores del libro, junto con los cardiólogos García Pavía y Alonso Pulpón, del Hospital Universitario Puerta de Hierro, y la histopatóloga Suárez Mier, del Instituto Nacional de Toxicología de Madrid, quienes han dispuesto de la colaboración de otros catorce especialistas de distintos centros del país. Dos prólogos, uno de Valentín Fuster y otro de Gaetano Thiene y Cristina Basso, avalan el nivel ilustrativo y educativo del libro.

La alta información que proporciona el libro ya se deja notar en su título, antes de abrirlo, pues se trata de un Atlas Clínico-Patológico, conjunción no frecuente en este tipo de textos. En él se reúnen doce capítulos que sucesivamente tratan de metodología necrópsica, patologías de la arteria pulmonar, la aorta y el pericardio, coronariopatía arterioesclerótica y no arteriosclerótica, valvulopatías, cardiomiopatías, miocarditis, patología del sistema de conducción y tumores cardiacos. Al pasar sus páginas destacan el número y la calidad de las fotografías, la perfecta organización del texto en distintos apartados y diferentes tipos de letra, y dentro de esto la equilibrada proporción de la iconografía con la explicación textual, y sobre todo, y eso no se nota al leer el libro, pero hay que hacerlo constar, que todas las microfotografías han sido hechas por los autores, lo que significa una intensa búsqueda y una minuciosa recogida de datos en la misma autopsia y con posterioridad a esta.

Resultado de lo anterior, y a lo que damos mayor valor, es la presencia en la obra de imágenes de patología infrecuente, como es el caso de la sarcoidosis, de otras no tan infrecuentes pero difícilmente encontradas en otros atlas, por lo que son prácticamente inéditas, tales como las del sistema de conducción y otras que interesan por su gran actualidad, como acontece con las imágenes de cardiopatías arritmógenas por displasia ventricular derecha que tanta repercusión mediática han empezado a tener por los casos de muerte súbita en deportistas de competición, al ocurrir en una población joven, famosa y de supuesta excelente salud.

El libro, en nuestra opinión, está destinado a tener un gran éxito entre los patólogos clínicos y forenses, y con un significado entre los estudiantes de medicina legal, por ser la autopsia del corazón una de las más difíciles de aprender y en todo caso una importante asignatura pendiente.

 

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